miércoles, 25 de julio de 2007

CINE DOCUMENTAL POLACO EN LA ACTUALIDAD

Durante todo el período después de la II Guerra Mundial, el cine documental desempeñó en la cultura polaca un papel relevante. Sin embargo, en nuestro país no se aceptó la fórmula de cine documental propuesta por Grierson, de que este género cine sirve, en primer lugar, para la educación de los ciudadanos, de que ayuda al indivíduo a hacerse una idea de cómo es el mundo. Eso sí, en la Productora de Películas Educativas polaca fueron realizadas decenas de películas que popularizaban los logros de todos los ramos de la ciencia: desde la física hasta la pintura moderna; estas películas se proyecytaban en las escuelas o en los centros de cultura. La situación de los documentales era bien distinta; siendo por definición un registro de la realidad, pertenecían al mismo tiempo al dominio del arte.


Específica del documental polaco

Estas películas se producían, sobre todo, en la Productora de Películas Documentales (Wytwornia Filmów Dokumentalnych) de Varsovia que fue fundada en 1950 y, en el año 2000, celebró el quincuagésimo aniversario de su funcionamiento. Los realizadores trataban de presentar sus temas de tal manera que sus películas adquirieran dimensión artística. Los documentales, hasta los años ochenta, se proyectaban en los cines como complementos, antes del largometraje. Competían con ellos en lo estético, frecuentemente con éxito. A veces, los mejores documentales transmitían entre líneas contenidos críticos, mal recibidos por el poder comunista (desde la II Guerra Mundial hasta el año 1989, Polonia perteneció al bloque de los países comunistas). Incluso se daban casos de la prohibición por las autoridades de los documentales que presentaban los defectos del sistema o el mal que éste acarreaba.

El FESTIVAL CRACOVIENSE DE CORTOMETRAJES (KRAKOWSKI FESTIWAL FILMOW KROTKOMETRAZOWYCH) fue el primer festival cinematográfico en Polonia. Se celebra casi todos los años; en su edición nacional a partir de 1961, y en la internacional a partir de 1964. Dominaban en él los documentales y la competencia habida entre los realizadores provocaba fuertes emociones en el público. El primer premio del I FESTIVAL DE CRACOVIA en 1961 lo ganó un famoso y clásico documental de Kazimierz Karabasz MUZYKANCI (MÚSICOS). Precisamente Karabasz (nacido en 1930) y Jerzy Bossak (1910-1989) sentaron las bases del documental polaco. Los dos eran profesores en la Escuela de Cine de Lodz; Karabasz sigue impartiendo clases hasta hoy. Bossak les inculcaba a los estudiantes la idea del papel social que desempeña el documentalista, la importancia del tema, la claridad de la opinión del autor. Para él era muy importante el principio pars pro toto; a través de una minuciosa observación de un tema, el autor debe llegar a plantear unos fenómenos más generales, más universales.

La "escuela de Karabasz", en cambio (una doctrina estética informal que alcanzó su apogeo en los años sesenta), acentuaba el modesto papel del realizador. Según ella, el autor de películas documentales debe prescindir de toda escenografía, ha de reducir al mínimo su propia ingerencia en la realidad, sus protagonistas deben ser, en la medida de lo posible, gente corriente, que no destaca por lo más mínimo. Tan sólo la sensible mirada del documentalista y la estructura de la película misma han de convertirlos en unos personajes inhabituales que vale la pena conocer.

Por lo menos dos generaciones de cineastas polacos pasaron por esta "escuela del documento". En general, los más destacados directores polacos empezaron su trabajo cinematográfico precisamente por el documental. Fue el caso de Wojciech Has, Andrzej Wajda, Andrzej Munk, Krzysztof Kieslowski. Precisamente la generación de Kieslowski, entre los años sesenta y setenta, elevó el rango del documental. Esta generación - además del autor del DECÁLOGO pertenecen a ella Marcel Lozinski, Marek Piwowski, Wojciech Wiszniewski y también Irena Kamienska y Bohdan Kosinski (un poco mayores que los anteriores) - se comprometió a "describir el mundo" en el que vivía, presentándolo con toda su pobreza, ridiculez y belleza oculta. El documentalista, haciéndose responsable del mundo que presenta, no puede evitar la crítica del mundo que presenta pero siempre debe arriesgar su propia opinión.


Retorno a una normalidad democrática

A partir de los años ochenta, la situación política en Polonia empezó a cambiar y junto con ella las condiciones de trabajo de los directores cinematográficos. La ley marcial, impuesta en 1981 por las autoridades comunistas, eliminó durante algún tiempo la producción de documentales. Hubo que aplazar la mayoría de los proyectos iniciados. Después de 1989, con la democracia, o inclusive aún antes, después del año 1987, con la nueva ley dobre cinematografía (que abrió paso al capital privado en la producción de películas), los cambios que experimentó el cine documental tuvieron otro carácter. Eran propios de un país que, después de haber vivido cuatro décadas de socialismo real, con la inevitable censura, fue estableciendo aceleradamente las instituciones democráticas que empezaban a funcionar en todas las esferas de la vida pública. Por una parte, cambiaba la temática de las películas y por otra, las cuestiones organizativo-productivas. De la misma forma que ocurre en los países occidentales, casi toda la producción documental empezó a realizarse por productores privados e iba destinada a la televisión. A consecuencia de la rapidez de esta transformación, durante algunos años en el período de los noventa, la creación documental polaca sufrió un evidente colapso. Este fenómeno formaba parte de un proceso general. Las pantallas de los cines polacos estaban completamente dominadas por la cinematografía americana.

En la segunda mitad de los años noventa la situación empezó a normalizarse. Hoy por hoy incluso se puede decir que el cine documental polaco se encuentra perfectamente. En Polonia se producen anualmente entre 150 y 200 películas, en su mayoría proyectadas en la pequeña pantalla, suscitando notable interés en los espectadores. El programa semanal "Czas na dokument" ("Tiempo para el documental") es emitido a una hora muy buena en el primer canal de la televisión pública y es uno de los programas más populares de la televisión nacional. A lo largo de los años noventa, los documentales polacos ganaron más premios en los festivales internacionales que los restantes géneros cinematográficos en conjunto. Basta con citar los títulos más importantes: USLYSZCIE MÓJ KRZYK (ESCUCHAD MI GRITO, 1991) de Maciej Drygas - premiado con el Felix al mejor documental europeo; 89 MM OD EUROPY (A 89 MM DE EUROPA, 1993) de Marcel Lozinski - nominado al Oscar y premiado con el Grand Prix en Oberhausen y Leipzig; WSZYSTKO MOZE SIE PRZYTRAFIC (TODO PUEDE SUCEDER, 1995) es la siguiente película de este director que recibió un aluvión de premios: Grand Prix de los FESTIVALES EN CRACOVIA, San Francisco y Bornholm; FOTOAMATOR (FOTOAMATEUR, 1998) de Dariusz Jablonski - premiado con el Gran Prix del Festival de Amsterdam; SYBERYJSKA LEKCJA (LA LECCIÓN DE SIBERIA, 1998) de Wojciech Staron - premiada con el Grand Prix del Festival Cinéma du Réel en París; TAKA HISTORIA (UNA HISTORIA ASÍ, 1999) de Pawel Lozinski - obtuvo el Grand Prix en Cracovia y en Leipzig.

Tan excelente condición del documental polaco en la actualidad se debe, en gran medida, al retorno a la tradición. Por una parte, la producción y la distribución de este tipo de películas se parece ahora a las de los países de la Europa occidental. Por otra, sigue siendo actual la antigua jerarquía de valores, según ella el documental pertenece más bien al dominio del arte que al del periodismo y la propaganda y hay que juzgarlo aplicando criterios estéticos.

Podemos servirnos de cuatro categorías convencionales para describir el documental polaco de los años noventa. Las dos primeras provienen de los apellidos de los documentalistas polacos más ilustres, quienes no sólo con su creación, sino también con su actividad pública y con sus opiniones influyeron en la forma del documental polaco de los noventa. Sus opiniones y películas estaban en contínua disputa, lo que permite distinguir tanto sus posturas artísticas como las de otros directores que se sitúan del mismo lado. En realidad esta división es convencional y puede pasar que la siguiente película de uno de los directores pertenecientes a la primera de las "escuelas" presentadas a continuación tenga más rasgos de la segunda "escuela" y al revés. Lo importante es que ambas escuelas están orientadas hacia lo contemporáneo, interesadas en observar la transformación de las costumbres y la evolución de la conciencia de los hombres de hoy. Las dos restantes categorías son: el documento histórico y el documento biográfico.


La escuela de Lozinski

El nombre de la primera de las escuelas proviene del apellido del documentalista más eminente de la década, Marcel Lozinski (nacido en 1940), coetáneo de Krzysztof Kieslowski. Es un cineasta que proviene de la misma tradición y tiene las mismas raíces estéticas, pero que nunca ha abandonado el documental. Las películas de esta corriente continúan de forma creativa la "escuela de Karabasz": el autor se interesa por la vida cotidiana de personas de a pie; las observa, pero no busca sensaciones sino lo esencial en ellas, su misterio. No tiene miedo a escenificar, a inspirar los acontecimientos. Si peca de riguroso, se lo debe más bien a su sentimiento de responsabilidad por los protagonistas que está presentando.

Hasta tres películas de Marcel Lozinski encarnan perfectamente las características citadas de entre las películas realizadas en los años noventa. A 89 MM DE EUROPA (1993) recuerda mucho un documental clásico de la "escuela de Karabasz": es una presentación de tan sólo 12 minutos de un acontecimiento aparentemente sin importancia, en el que, como en la famosa gota de agua, se refleja todo el mundo, especialmente un este aspecto: la frontera entre la civilización de Oriente y Occidente, entre los ricos y los pobres, entre los que ya lograron algo y los que aspiran a ello, continuamente y sin éxito. Los 89 milímetros que figuran en el título reflejan la diferencia que hay entre la anchura de la vía ferroviaria en Europa y en la antigua Unión Soviética. Los obreros de la estación fronteriza Brest (Bielorrusia), cuando a su país llega un tren, tienen que cambiar los bogies. Este ritual acontecimiento lo observa el director, Marcel Lozinski, centrándose en las relaciones recíprocas, casi invisibles, entre los ferroviarios y los pasajeros del tren, oriundos de Europa.

Un tema aun más universal aparece en la película TODO PUEDE SUCEDER (1995). Es una serie de conversaciones que mantiene un muchacho con personas mayores que permanecen largas horas en los bancos de los parques; las conversaciones conciernen a temas fundamentales: el sentido de la vida, el valor de los sentimientos, la soledad, el miedo a la muerte. Son unas cuestiones eternas, pero parece que están reservadas para el arte sublime, difíciles de presentar con los medios de los que dispone el cine documental. Mientras tanto, la confrontación de la cándida sinceridad del niño con la seriedad de los ancianos que se adaptan docilmente a la mentalidad infantil, dio aquí un resultado sorprendente. Y la imagen final: Tomás, de seis años, alejándose en patinete por un sendero del parque mientras que en primer plano, con música se Strauss de fondo, aparece un pavo real luciendo su impresionante cola - constituye una de las metáforas más bellas del cine de la última década.

La tercera película de Marcel Lozinski ZEBY NIE BOLALO (PARA QUE NO DUELA, 1998) es una vuelta al tema que abordó hace veinticuatro años. En 1974 Lozinski realizó un documental WIZYTA (LA VISITA), confrontando dos diferentes posturas vitales. Para este fin se sirvió del encuentro de dos mujeres: una conocida periodista de la capital visita a una mujer joven con grandes aspiraciones intelectuales que lleva como es común una explotación agrícola. La periodista hace un reportaje sobre ella, pero al mismo tiempo trata de persuadirla de que cambie de actitud, de que sea más "ambiciosa". Ahora, pasados muchos años, el director vuelve a la misma mujer que sigue trabajando en la misma explotación con influyó en su vida aquella visita que tuvo lugar hace años. Para Lozinski, esta vuelta significa el planteamiento de un tema que le viene preocupando desde hace mucho tiempo: la pregunta concierne al derecho del documentalista a ingerir en la vida de sus protagonistas, y el aprovechamiento de sus imágenes constituye siempre tal ingerencia.

Vale la pena mencionar al hijo del director, Pawel Lozinski (nacido en 1965) que, como otros tantos, sigue el ejemplo de Marcel Lozinski. En la década pasada consiguió destacables resultados filmando lo cotidiano. Se trata, antes que nada, de dos películas complementarias que provienen de 1999: TAKA HISTORIA (UNA HISTORIA ASÍ) de una hora de duración y SIOSTRY (HERMANAS). Son retratos de unos ancianos, varios habitantes de una casa en el barrio de Powisle de Varsovia. Pero no se trata de los mismos retratos, sino de la sensación de participar en la vida, del registro del pasar. Una historia así fue rodada durante un año, Hermanas - exactamente durante una hora; lo importante es que en ambos casos el director le dio al espectador la oportunidad de palpar - mediante el contacto con unos protagonistas reales - la esencia de la vida, la irrevocabilidad del tiempo.

Una muestra de parecidas búsquedas es BENEK BLUES (BENEK BLUES, 1999), con la que debutó una reconocida técnico de montaje, Katarzyna Maciejko-Kowalczyk. Esta estremecedora presentación del día a día de dos hombres, padre e hijo, inmovilizados por enfermedades y viviendo en una habitación, le hace al espectador plantearse preguntas trascendentales sobre el sentido y el objeto de la vida.

Un lugar especial ocupa en este grupo el largometraje de Jacek Blawut NIENORMALNI (ANORMALES, 1990), la única película de entre las presentadas aquí que fue distribuida en los cines. La película se sitúa entre el documental y ficción, pero está tan próxima a la percepción del documental que se ve "fortalecido" con un punto de partida inventado, tal como lo conocemos por las películas de Marcel Lozinski. Lo más importante es el tema de los ANORMALES, es la vida de un grupo de niños discapacitados mentalmente. El eje de lo inventado lo forma la orquesta que junto con los niños forma el profesor de música, representante del director. Pero el desarrollo de este inicio fue imprevisible, lo impuso la vida misma: la observación de la experiencia común de este insólito grupo, de sus emociones, sensaciones, de la eliminación de sus limitaciones.

En el grupo de cineastas que presentan lo cotidiano hay representantes de todas las generaciones. Sigue realizando películas el clásico del documental polaco, Kazimierz Karabasz. En la película OKRUCHY (MIGAJAS, 1993) confronta a los habitantes de una calle, en PORTRET W KROPLI (RETRATO EN UNA GOTA, 1997) presenta a diferentes habitantes de Varsovia, en O SWICIE I PRZED ZMIERZCHEM (AL AMANECER Y ANTES DE ANOCHECER, 1999) contrasta opiniones de los jubilados y de los estudiantes de bachillerato.

La creación de Waldemar Karwat destaca por su consecuencia temática entre los representantes de la generación media que debutaron en los años setenta y ochenta. En las películas BIALY WALC NAD CZARNA HANCZA (LAS MUJERES INVITAN AL VALS A LA ORILLA DE CZARNA HANCZA, 1995), SANNA W CENTRUM WSZECHSWIATA (PASEO EN TRINEO POR EL CENTRO DEL UNIVERSO, 1996) - ambas rodadas en colaboración con Andrzej Pankiewicz - y también en la película TAM GDZIE PTAKI ZAWRACAJA (EN EL QUINTO PINO, 1998) presenta, observando la vida de los habitantes de la Polonia noreste, la transformación de las costumbres y de la mentalidad de los habitantes de zonas rurales. En cambio Maria Zmarz-Koczanowicz, también especializada en el "documental sociológico", destaca por la variedad de temas. Cabe mencionar especialmente dos películas suyas que analizan ciertos fenómenos sociales, característicos de la década. ZAMIEN MNIE W DLUGIEGO WEZA (CONVIÉRTEME EN UNA LARGA SERPIENTE, 1997) es la imagen de los mendigos, que llegaron de Rumania, presentada con mucho calor humano y con la que la autora nos incita a entenderlos. BARA-BARA (ÑACAÑACA, 1996) es un ensayo irónico que investiga las causas de la popularidad de la múcica disco-polo, una corriente hortera de música popular. La ironía es también la nota preponderante de la postura de Pawel Woldan. En su ZAPROSZENIE (INVITACIÓN, 1993) nos brinda la oportunidad de observar qué fácil es manipular la conciencia colectiva. Esta observación es posible gracias a su invitación dirigida a los teleespectadores a visitar la sede de la televisión. OBYWATELE (CIUDADANOS, 1996) del mismo director es una imágen sarcástica del colectivo rural. ZIARNKO (GRANO, 1996) de Wanda Rozycka-Zborowska es el retrato del hombre que hace los libros más pequeños del mundo, de 1 por 0,8 milímetros y constituye en el fondo un intento de presentar una experiencia religiosa.

En las películas de los debutantes se notan intentos muy interesantes de captar ciertos fenómenos más generales mediante la presentación de las experiencias cotidianas de unos protagonistas, a su manera, descomunales. Entre los que destacan se halla Wojciech Staron. Su SYBERYJSKA LEKCJA (LECCIÓN SIBERIANA, 1998) es el relato de las experiencias de una muchacha joven que - reaccionando ante una llamada de los medios de comunicación - se va a Siberia para enseñar allí polaco a los familiares de los antiguos desterrados de Polonia. En SIEDEM LEKCJI MILOSCI (SIETE LECCIONES DE AMOR, 1999) de Malgorzata Szumowska, el retrato de un profesor de canto de ópera es una oportunidad de registrar la mentalidad y la manera de vivir de la generación mayor, cuya postura ante la vida era desinteresada. Un capítulo interesante del documental autobiográfico lo abren dos películas muy personales sobre los padres: SLAD (LA HUELLA, 1996) de Marcin Latallo y TATA Z AMERYKI (PAPÁ DE AMÉRICA, 1997) de Piotr Kielar.


La escuela de Fidyk

También esta segunda corriente del documental actual se interesa por lo contemporáneo, por los cambios de costumbres. Según ella, el documental ha de ser antes que nada un atractivo espectáculo que pueda competir en popularidad con grandes espectáculos hollywoodienses. A los espectadores les aburre lo inventado; les apasiona observar lo que pasó o está pasando de verdad delante de sus ojos. La opinión del autor no es tan importante, lo que cuenta es la elección del tema y la habilidad narrativa que toma en cuenta los gustos del público.

En todos los países occidentales la década de los noventa fue un período de creciente importancia de los "reality show" en los programas televisivos. No es casual que el reciente éxito de esta tendencia en Polonia esté unido al apellido de un empresario eficaz y dinámico. Un espectacular aumento de popularidad del documental en la televisión polaca viene a producirse a partir del verano de 1996, cuando Andrzej Fidyk (nacido en 1953) fue nombrado jefe de la Redacción de Películas Documentales de la primera cadena. Entonces empezó a desarrollarse una producción de películas documentales que resultaron ser realmente atractivas para el público masivo. Los ciclos creados por Fidyk, "Czas na dokument" ("Tiempo para el documental"), "Miej oczy szeroko otwarte" ("Ten los ojos bien abiertos") tienen una audiencia comparable con la de las superproducciones americanas. Pero hay que tener en cuenta dos hechos. En primer lugar, el nombre de Fidyk es solamente la señal de una tendencia. No se trata ünicamente de los documentales producidos bajo su tutela en la Redacción de Películas documentales del I Programa de la Televisión Polaca. En segundo lugar, Fidyk puede ser considerado padrino de esta corriente no sólo como empresario, sino también como cineasta que ya en los ochenta llamó atención por la originalidad de los temas presentados en sus documentales.

Un ejemplo modélico de esta corriente es DEFILADA (EL DESFILE), película realizada en 1989 en Corea del Norte, estando todavía vivo el dictador comunista Kim Ir Sen. La película registra de una manera fascinante el ceremonial de fachada del totalitarismo, pero lo hace con la desapasionada objetividad de un observador imparcial. En consecuencia, la interpretación de la película depende del espectador; puede ser considerada una burla del sistema o, con la misma validez, su propaganda. Así fue recibida la película: en Polonia provocaba fuertes carcajadas, en Occidente fue tratada como una espantosa advertencia, en cambio en Corea fue recibida con la correspondiente reverencia sin notar la carga de mofa que contenía. También en los noventa Fidyk buscó consecuemente sus temas, viajando por el mundo. Los encontró en Irán, SEN STASZKA W TEHERANIE (EL SUEÑO DE ESTANISLAO EN TEHERÁN, 1992); en Rusia, ROSYJSKI STRIPTEASE (STRIPTEASE RUSO, 1993); en Brasil, CARNAVAL - NAJWIEKSZE PARTY SWIATA (CARNAWAL, LA MAYOR FIESTA DEL MUNDO, 1995); en la India - KINIARZE Z KALKUTY (CINES MÓVILES DE CALCUTA, 1998). En cada película trató de conseguir una síntesis de los fenómenos presentados, una vez de carácter informativo, otras veces poético.

Siguiendo el ejemplo de Fidyk, también otros directores de cine trataron de buscar sus temas en otras culturas o en su cruce. Es necesario citar especialmente a Jan Sosinski, autor de CZARNE TULIPANY (TULIPANES NEGROS, 1997) que presenta la formación de los veteranos rusos de la guerra de Afganistán, y también TATO, PAMIETASZ? (PAPÁ, RECUERDAS?, 1999) - relato sobre una mujer madura, mitad polaca mitad albanesa, que viaja a Tirana para encontrar allí, por primera vez en su vida, a su padre albanés. Un bello retrato colectivo de los habitantes de La Habana lo creó en la película PRZYSZLOSC ZLUDZEN (EL FUTURO DE LA ILUSIÓN, 1997) Franco de Pena, un venezolano graduado por la escuela de cine de Lódz. Athena Sawidis, una griega que vive en Polonia, en la película OJCZYZNY MOJE (PATRIAS MÍAS, 1995) presenta los destinos de los descendientes de emigrandes griegos que en los años cuarenta huyeron del régimen de los "coroneles negros" a Polonia y en los años setenta volvieron, en su mayoría, al país de sus padres y ahora lo echan de menos, desgarrados entre dos culturas.

Un cineasta polaco que lleva muchos años en Suecia, Jerzy Sladkowski, propuso en SZWEDZKIE TANGO (TANGO SUECO, 1999) un prespicaz retrato de su nueva patria. Con este fin, presentó a un matrimonio mayor que, aprendiendo a bailar el tango, vive su segunda juventud. Una conmovedora historia sobre cinco hermanos de un orfanato polaco, adoptados por un matrimonio norteamericano, la presentó Piotr Morawski en TATA, I LOVE YOU (PAPÁ, I LOVE YOU, 1998).

Muchas películas fueron dedicadas a la Rusia contemporánea, esto es fácil de comprender después de tantos años de hipocresía dominando la información sobre Rusia. Vale la pena enumerar una serie de dieciseis capítulos de Iwona Bartolewska, POCZTÓWKI Z MOSKWY (TARJETAS DE MOSCÚ, 1993); tres capítulos del ciclo de Jerzy Sladkowski, TAJEMNICE ROSJI (SECRETOS DE RUSIA, 1998-1999); la serie de Michal Bukojemski, ZYCIE NA CZERWONO (LA VIDA EN ROJO, 1996) que presenta a los polacos que viven en Moscú; la sátira de Krzysztof Nowak-Tyszowiecki, BOSKOSC STALINA W SWIETLE NAJNOWSZYCH BADAN (DIVINIDAD DE STALIN A LA LUZ DE LAS INVESTIGACIONES MÁS RECIENTES, 1998) o la película de Marcin Mamon PRAWDZIWY OJCIEC CHRZESTNY (EL PADRINO VERDADERO, 1998) que constituye un misterioso retrato del cabecilla de la mafia chechena.

Las películas que presentan la nueva realidad de la Polonia democrática tuvieron una gran relevancia en este grupo. Por una parte, fueron las que mayor interés despertaron, pero por otra, suscitaron el mayor número de polémicas y controversias. Eso se debía a que los temas que abordaban (las nuevas zonas de miseria, las pésimas condiciones de vida de los más pobres que no dan abasto en la época del capitalismo, el aumento de la delincuencia, el alcoholismo, la toxicomanía) son importantes y dolorosos, pero al mismo tiempo, enormemente atractivos medialmente. Por eso a veces resulta difícil decidir si la intención del autor ha consistido en impresionar a los espectadores o, más bien en alucinar con imágenes llenas de crueldad. Por ejemplo, cuando a mitad de la década surgió la moda de hacer documentales sobre las cárceles y delincuentes en la mayoría de ellas dominaba claramente este segundo aspecto.

La más polémica directora de este período es Ewa Borzecka (nacida en 1960) que se especializó en presentar en sus películas a las personas más pobres, rechazadas por el sistema capitalista. En TRZYNASTKA (TRECE, 1996) presentó la vida cotidiana de una pobre habitante de una aldea en la zona de los Cárpatos que siendo madre solitaria cría a trece hijos. En ARIZONA (ARIZONA, 1997) presentó la mísera vida sin perspectivas de los habitantes en la antigua Explotación Agrícola Estatal (la variante polaca de la agricultura colectiva propia del bloque comunista) que no se adaptan a las condiciones de vida en el capitalismo. El título, ARIZONA, es la marca del vino más barato que para personas como los protagonistas de la película suele ser la única manera de huir de la realidad. Un panorama más amplio de los destinos de diferentes personas que perdieron el trabajo, la casa, la independiencia personal lo presentó la cineasta en la película ONI (ELLOS, 1999). Las películas de Ewa Borzecka surlen dividir al público porque algunos consideran que presenta a los protagonistas fríamente, sin compasión y el espectador se queda desamparado ante su sufrimiento. Otros dicen que la poética de las películas de Borzecka es estremecedora, que hace que el espectador perciba a los más pobres de una forma más humana.

El polo opuesto de la nueva estructura social, las personas que prosperan en el capitalismo tambien interesó a los documentalistas. La más famosa película de este tipo es la de Henryk Dederka, WITAJCIE W ZYCIU (BIENVENIDOS A LA VIDA, 1997) que presenta los secretos de las actividades desarrolladas en Polonia por la corporación americana Amway. Aprovechando este ejemplo, los realizadores presentan los peligros que conlleva el nuevo estilo de vida, cuando los valores tradicionales son sustituidos por el vellocino de oro. La empresa Amway acusó al director de haberla perjudicado y por esta causa la película no fue presentada al público. Un tema parecido lo plantean también otros autores, por ejemplo Ewa Stankiewicz y Grzegorz Siedlecki en la película DYWIZJA MARKETING (DIVISIÓN MARKETING, 1997) donde presentan los ensayos de los distribuidores de una agencia de publicidad; Ewa Straburzynska en la película WYSOKIE OBCASY (TACONES ALTOS, 1999) observa a una businesswoman ejemplar que se dedica a capturar ratas.

Últimamente, se ha desatado una gran discusión provocada por el debut de un joven director, estudiante de la escuela cinematográfica de Katowice, Marcin Koszalka, con TAKIEGO PIEKNEGO SYNA URODZILAM (HE DADO A LUZ ESTE PRECIOSO HIJO, 1999). Presenta el infierno del día a día familiar aprovechando el ejemplo de su propia familia, donde una "madre tóxica" tortura a su hiho adulto, a quien sin duda ama, con un torrente de reproches. Hay quienes opinan que la película traspasa los límites éticos admisibles. Incluso Marcel Lozinski calificó al autor de matricida. Sin embargo, entre los espectadores jóvenes este documental fue objeto de culto, consideraron que la obra, presentando una situación que se repite en miles de casas polacas, puede tener efecto de catarsis colectiva.

Un fenómeno nuevo consiste también en la aparición (en los años 1999-2000) de series documentales que aprovechan la muy famosa fórmula de serie televisiva que presenta acontecimientos auténticos. La televisión nacional produjo la serie de Grzegorz Siedlecki y Nono Dragovic, SZPITAL DZIECIATKA JEZUS (EL HOSPITAL DEL NIÑO JESÚS) sobre los pacientes del hospital que aparece en el título; la serie de Ewa Straburzynska, NIEPARZYSCI (LOS IMPARES), sobre personas solitarias que aprovechan los servicios de una oficina matrimonial; la serie de Wojciech Szumowski PIERWSZY KRZYK (EL PRIMER GRITO), sobre las pacientes de una maternidad cracoviense que se preparan para el parto. La popularidad de series parecidas constituye un fenómeno nuevo en todo el mundo y se debe a la eterna necesidad del ser humano de observar la vida de los demás.


Documental histórico

A principios de los años noventa apareció toda una serie de documentales históricos sobre todo durante la euforia producida después de la "recuperación de la plena libertad", cuando en 1989 cayó el sistema comunista en Polonia. Su realización fue tratada como la obligación de rellenar las "blancas manchas" ya que por fin fue posible presentar sin ninguna limitación de la censura varios fenómenos de la historia contemporánea de Polonia que fueron tabúes en la época de la República Popular de Polonia. También los que pertenecían al dominio de la propaganda ideológica y estaban tergiversados.

Uno de tales temas fueron los acontecimientos ocurridos durante los años 1918-1921: la recuperación de la independencia después de 123 años de falta de libertad (según la versión comunista, los polacos le debían la independencia a la revolución de octubre de Rusia y al mismo Lenin) y la guerra polaco-bolchevique. Este fue el tema de dos películas de Wincenty Ronisz de 1992, A JEDNAK POLSKA - 1918-1921 (NO OBSTANTE POLONIA - 1918-1921) y también el documental de Zbigniew Kowalewski sobre la defensa de Lvov en 1918 WSZYSTKO DLA ORLAT (TODO PARA LOS AGUILUCHOS, 1992). El largometraje documental de Marek Drazewski ... I ZDRADA (...Y LA TRAICIÓN, 1991) presentó (aprovechando los archivos, por fin abiertos) un nuevo enfoque de la historia de la política exterior en el período de entrguerras y la mayor tragedia de esta política - los acontecimientos de septiembre de 1939.

Otro grupo de películas se remite al período de la II Guerra Mundial, concretamente a dos temas. El primero lo constituye el crimen de Katyn, tema terminantemente prohibido en la época de la Polonia comunista. En la zona de Katyn fueron asesinados de un tiro en la nuca varios miles de oficiales polacos, ejecutados por los rusos en los campos de rehenes en abril de 1940. Entre las películas dedicadas a este tema vale la pena destacar dos largometrajes: LAS KATYNSKI (EL BOSQUE DE KATYN, 1990) de Marcel Lozinski y NIE ZABIJAJ (NO MATARÁS, 1992) de Jozef Gebski. Este último realizó realizó posteriormente una serie de películas sobre la historia de los gulag (campos de trabajo forzoso en la Unión Soviética): GORACZKA ZLOTA (LA FIEBRE DEL ORO), GORACZKA CHLEBA (LA FIEBRE DEL PAN), GORACZKA URANU (LA FIEBRE DEL URANIO), todas de 1993. Otro tema importante sobre la guerra en la Polonia comunista, tratado con desgana, es el Holocausto - persecución y exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial. Muchas películas documentales trataron este tema, de las cuales especialmente cuatro son dignas de ser mencionadas. El protagonista de MIEJSCE URODZENIA (LUGAR DE NACIMIENTO, 1992) de Pawel Lozinski es un escritor polaco de origen judío, Henryk Grynberg, quien muchos años después de haber terminado la guerra, llega a su aldea natal en la parte central de Polonia para descubrir el enigma de la trágica muerte de su padre durante la ocupación alemana. El espectador es testigo del descubrimiento del secreto cuando el escritor encuentra la tumba de su padre. La película de Jolanta Dylewska KRONIKA POWSTANIA W GETCIE WARSZAWSKIM WG MARKA EDELMANA (CRÓNICA DE LA SUBLEVACIÓN EN EL GUETO VARSOVIENSE SEGÚN MAREK EDELMAN, 1994) es un registro, día a día, de los trágicos acontecimientos de abril de 1943. La directora aprovechó en la película el material filmado por los hitlerianos (ya que otro no queda) y lo transformó artísticamente cortando los fotogramas, destacando los detalles, introduciendo el movimiento retardado. Las imágenes conseguidas así son confrontadas con la narración del último líder vivo de la sublevación judía en el gueto varsoviense, Marek Edelman. En consecuencia, las antiguas imágenes sacadas de archivo vuelven a vivir, adaptándose al planteamiento de un artista moderno. Por igual camino siguió Dariusz Jablonski, autor de FOTOAMATOR (FOTOAMATEUR, 1998) quien confrontó la narración de un testigo, Arnold Mostowicz que durante la ocupación alemana fue médico en el gueto judío de Lodz, con una serie de diapositivas encontradas por casualidad que habían sido hechas durante la guerra por un contable alemán. Y, por último, NAJSZCZESLIWSZY CZLOWIEK (EL HOMBRE MÁS FELIZ, 1994) de Barbara Balinska y Krzysztof Kalukin que narra una historia contemporánea que tiene sus raíces en el Holocausto. La película presenta un momento crucial en la vida de un hombre que muchos años después de la guerra encuentra por fin a su hermana judía extraviada durante la ocupación nazi.

La mayoría de las películas fue dedicada a desmentir la historia del período de posguerra. La obra de Maciej Drygas, USLYSZCIE MOJ KRZYK (ESCUCHAD MI GRITO, 1992) ocupa un lugar excepcional entre estos documentales sobre la historia de la República Popular de Polonia, tanto por su tema como por su forma cinematográfica. Es un caso poco frecuente: un cineasta-documentalista introdujo en la conciencia colectiva un acontecimiento insólito que no figuraba en ella. Porque el mismo Drygas descubrió la historia de Ryszard Siwiec que se prendió fuego y se quemó en presencia de cien mil personas reunidas en el Estadio del Decenio en Varsovia para celebrar un acontecimiento del partido comunista. Lo hizo en señal de protesta contra la entrada de las tropas polacas en Checoslovaquia durante la intervención militar del Pacto de Varsovia. Drygas siguió este caso y lo presentó de manera que hizo al público revalorizar su propia participación en aquellos acontecimientos y percibir la historia de la posguerra de una nueva manera.

Los autores de muchas películas presentaron diferentes episodios dramáticos de la historia de la posguerra que pasaron en silencio y por eso no estaban presentes en la conciencia colectiva. Aprovecharon con este fin archivos y declaraciones de testigos de aquellos acontecimientos. PROCES SZESNASTU (EL PROCESO DE LOS DIECISEIS, 1991) de Wlodzimierz Dusiewicz presenta unos materiales judiciales auténticos de un juicio sin precedentes al que fueron sometidos (por las autoridades soviéticas, en junio de 1945) los líderes del movimiento clandesino polaco. El documental de Krystyna Mokrosinska, MLODSI OD SWOICH WYROKOW (MÁS JÓVENES QUE SUS SENTENCIAS, 1994) habla sobre los presos políticos de la época estalinista. La película CZARNI BARONOWIE (BARONES NEGROS, 2000) de Wanda Rozycka-Zborowska relata cómo en aquella época a los que no se sometían al poder comunista se les obligaba a trabajar en las minas de carbón, convertidas en campos de trabajo. NIEFACHOWY STRYCZEK (UN DOGAL NO PROFESIONAL, 1997) de Robert Stando recuerda un controvertido episodio de la última ejecución pública en el territorio polaco, en julio de 1946 fue ahorcado en Poznan Artur Greiser, el administrador hitleriano de aquella región. DROGA DO SKRZYZOWANIA (EL CAMINO HACIA EL CRUCE, 1994) de Grzegorz Braun recuerda otro episodio olvidado: en agosto de 1968, durante la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia, los soldados polacos mataron a tiros a dos checos. LENIN Z KRAKOWA (LENIN DE CRACOVIA, 1996) de Jerzy Ridan y Jerzy Kowyni confronta la postura de un escultor famoso, autor del monumento a Lenin en Nowa Huta (barrio industrial de Cracovia construido después de la II Guerra Mundial), con la postura de un hombre que fue juzgado, habiendo pasado muchos años, por haber hecho saltar por los aires este monumento. El documental de Maciej Pieprzyca, JESTEM MORDERCA (SOY UN ASESINO, 1998) pone en duda la credibilidad de la jurisdicción de la Polonia comunista, sirviéndose del caso del así llamado vampiro de la Cuenca - que supuso un juicio espectacular en los años setenta. En cambio CICHA PRZYSTAN (UN PUERTO SILENCIOSO, 1995) de Marcin Malec presenta cómo el hecho de haber ejecutado la pena de muerte durante la ocupación alemana según una sentencia emitida por la organización clandestina de resistencia, imprimió su huella en toda la vida posterior del protagonista de la película.

Entre los intentos por presentar una síntesis de la historia contemporánea de Polonia hay que destacar la serie de Marcel Lozinski 1945-1989 (El título francés POLOGNE JAMAIS VUE Á L'OUEST, 1989) que confronta la oficial imagen propagandística de Polonia, presentada en el NO-DO polaco, con los comentarios de cuatro miembros de la oposición política. También hay que mencionar un corto documental de Ewa Straburzynska, MOTLOWE MARYNARKI (LAS CHAQUETAS), en esta película dos habitantes de Wroclaw, un polaco y un judío, charlan sobre la historia de posguerra del país, mientras examinan sus gastados trajes.

Una presentación aparte se merece la rica y variada creación documental del famoso autor de largometrajes, del eterno vanguardista y experimentador, Grzegorz Krolikiewicz. Pero sus películas tienen más bien carácter de apasionados discursos políticos que de objetivos testimonios de un historiador. Esto pasa cuando Krolikiewicz realiza películas sobre la campaña presidencial de Lech Walesa - un ciclo de cuatro documentales de 1991: NOWY POCZATEK (UN NUEVO PRINCIPIO), CZLOWIEK ZE STUDNI (EL HOMBRE DEL POZO), WOLNA ELEKCJA (UNA ELECCIÓN LIBRE), SLUCHAJ NARODU (ESCUCHA AL PUEBLO).Pero también cuando trata de la contínua dilación de los juicios de criminales de la época estalinista, ahora, en la Polonia libre (PO CALYM CIELE - POR EL CUERPO ENTERO, 1999).

Informaciones adicionales

Notas bibliográficas

Ewa Borzecka (nacida en 1960)

Licenciada en Periodismo. Por sus dos primeros documentales, URODZILEM SIE ANIOLEM (NACÍ ÁNGEL, 1987), SPRAWA SZERYFA (EL CASO DE SHERIFF, 1988), recibió el Brazowe Lajkoniki (Lajkonik de bronce) en el FESTIVAL CRACOVIENSE DE PELÍCULAS DOCUMENTALES. En los años noventa se especializó en el documental social, presentando la vida de las capas más bajas de la sociedad - KOBIETY, KOTY, DZIECI (MUJERES, GATOS Y NIÑOS, 1995), TRZYNASTKA (TRECE, 1996), el Grand Prix del Festival Balticum en Bornholm, Arizona (1997, premio Zloty Lajkonik [Lajkonik de oro] en Cracovia), ONI (ELLOS, 1999).

Andrzej Fidyk (nacido en 1953)

Jefe de la redacción documental del primer programa de la TV Polaca (autor del ciclo "Czas na dokument" - "Tiempo para un documental"). Por su debut con el documental IDZIE GRZES PRZEZ WIES (GOYO VA POR LA ALDEA, 1983) recibió el Brazowy Lajkonik (Lajkonik de bronce) en el FESTIVAL CRACOVIENSE DE PELÍCULAS DOCUMENTALES. A partir de ese momento, todas sus películas vienen ganando premios y fama; entre otras: PREZYDENT (PRESIDENTE, 1985, Srebrny Lajkonik [Lajkonik de plata] y Srebrny Smok [Dragon de plata] en Cracovia], DEFILADA (EL DESFILE, 1989, Grand Prix en Lipsk y Mannheim, Srebrny Lajkonik [Lajkonik de plata] en Cracovia], OSTATKI (ÚLTIMOS DÍAS DE CARNAVAL, 1990), ROSYJSKI STRIP-TEASE (STRIP-TEASE RUSO, 1992), SEN STASZKA W TEHERANIE (EL SUEÑO DE ESTANISLAO EN TEHERÁN, 1993), CARNAVAL - NAJWIEKSZE PARTY SWIATA (CARNAVAL, LA MAYOR FIESTA DEL MUNDO, 1995), KINIARZE Z KALKUTY (CINES MÓVILES DE CALCUTA, 1998, Grand Prix en Estrasburgo).

Marcel Lozinski (nacido en 1940)

Terminó la Politécnica de Varsovia y dirección de cine en la escuela cinematográfica de Lodz. En los años ochenta, en colaboración con la televisión francesa rodó una serie documental 1945-1989 (1989), un esbozo sobre la historia de la República Popular de Polonia. Sus documentales de los noventa se hicieron famosos: LAS KATYNSKI (EL BOSQUE DE KATYN, 1990), 89 MM DO EUROPY (A 89 MM DE EUROPA, Grand Prix en Oberhausen, nominado para Oscar), WSZYSTKO MOZE SIE PRZYTRAFIC (TODO PUEDE SUCEDER, 1995, Grand Prix en Cracovia), ZEBY NIE BOLALO (PARA QUE NO DUELA, 1998, Grand Prix en Lipsk).

Pawel Lozinski (nacido en 1965)

Estudió dirección de cine en la escuela cinematográfica de Lodz. Llamó la atención de todos con su debut, un largometraje documental titulado MIEJSCE URODZENIA (LUGAR DE NACIMIENTO, 1992). Colaboró con Krzysztof Kieslowski; realizó, entre otros, su idea del documental STO LAT W KINIE (CIEN AÑOS EN EL CINE, 1995). Propuso el "documental privado" que une el registro del día a día, planteando preguntas existenciales, con dos películas de 1999: TAKA HISTORIA (UNA HISTORIA ASÍ) y SIOSTRY (HERMANAS). Obtuvo por ellas el Zloty Lajkonik (Lajkonik de oro), el Srebrny Smok (Dragón de plata) en Cracovia y el Grand Prix en Lipsk.

Grzegorz Krolikiewicz (nacido en 1939)

Director de cine; autor de documentales muy premiados (entre otros: SPRAWA LORDA JIMA [EL ASUNTO LORD JIM], 1970; NIE PLACZ [NO LLORES], 1972); PREKURSOR [PRECURSOR], 1988; NOWY POCZATEK [UN NUEVO PRINCIPIO], 1991), de largometrajes (entre otros: PRZYPADEK PEKOSINSKIEGO [EL CASO DE PEKOSINSKI], 1993) y también de espectáculos televisivos experimentales (entre otros: FAUST [FAUSTO], 1976), IDEA Y MIECZ [LA IDEA Y LA ESPADA], 1979). Krolikiewicz es también autor de trabajos teóricos dedicados al cine y a los guiones.

Dariusz Jablonski (nacido en 1961)

Terminó la Facultad de Dirección de la escuela cinematográfica de Lodz. Es director de películas documentales, entre otros de FOTOAMATOR (FOTOAMATEUR, 1998), que recibió varios premios. Fue asistente de Krzysztof Kieslowski cuando éste realizó KROTKI FILM O MILOSCI (CORTA PELÍCULA SOBRE EL AMOR) y KROTKI FILM O ZABIJANIU (CORTA PELÍCULA SOBRE LA MUERTE). Es productor, y propietario del estudio "Apple Film Production". Desde 1994 fue vicepresidente, y desde 1999 es presidente de la Asociación de Productores Cinematográficos Independientes.

Maciej Drygas (nacido en 1956)

Terminó Dirección de cine en Moscú. Es autor de los documentales: STAN NIEWAZKOSCI (ESTADO DE INGRAVIDEZ, 1994), USLYSZCIE MOJ KRZYK (ESCUCHAD MI GRITO, 1991). Colaboró con Krzysztof Kieslowski durante el rodaje de PRZYPADEK (CASUALIDAD, 1981).

Festival de Películas Documentales y Cortometrajes

El festival se celebra anualmente en Cracovia desde 1961 en la edición nacional y hasta 1964 también en la edición internacional. En 1990 la edición internacional del festival fue suspendida durante siete años; los organizadores volvieron a la vieja fórmula en 1997 y, actualmente, el festival nacional se celebra junto con el festival internacional. El jurado del festival internacional concede el premio de "Zloty Smok" ("Dragón de oro") y del festival nacional - "Zloty Lajkonik" ("Lajkonik de oro").

Documentales polacos premiados en el Festival Cracoviense en los años 90.

1991
USLYSZCIE MOJ KRZYK (ESCUCHAD MI GRITO), dir. Maciej Drygas - Srebrny Smok (Dragón de Plata)

1995
WSZYSTKO SIE MOZE PRZYTRAFIC (TODO PUEDE SUCEDER), dir. Marcel Lozinski - Grand Prix - Zloty Smok

1997
NAJSZCZESLIWSZY CZLOWIEK (EL HOMBRE MÁS FELIZ), dir. Barbara Balinska y Krzysztof Kalukin - Zloty Lajkonik (Lajkonik de Oro)

1998
KROK (UN PASO), dir. Marek Piwowski - Brazowy Smok (Dragón de cobre)
ZAMIEN MNIE W DLUGIEGO WEZA (CONVIÉRTEME EN UNA LARGA SERPIENTE), dir. Maria Zmarz-Koczanowicz - Brazowy Smok (Dragón de Cobre)
ARIZONA, dir. Ewa Borzecka - Zloty Lajkonik (Lajkonik de Oro)
SYBERYJSKA LEKCJA (LECCIÓN SIBERIANA), dir. Wojciech Staron - Srebrny Lajkonik (Lajkonik de Plata)

1999
SIOSTRY (HERMANAS) y TAKA HISTORIA (UNA HISTORIA ASÍ), dir. Pawel Lozinski - Zloty Lajkonik (Lajkonik de Oro)
TATA, I LOVE YOU (PAPÁ, I LOVE YOU), dir. Piotr Morawski - Srebrny Lajkonik (Lajkonik de Plata)

2000
BENEK BLUES, dir. Katarzyna Maciejko-Kowalczyk - Zloty Lajkonik (Lajkonik de Oro)
JAN LEBENSTEIN - DZIENNIK SAMOTNIKA (JAN LEBENSTEIN, DIARIO DE UN SOLITARIO), dir. Andrzej Wolski - Srebrny Lajkonik (Lajkonik de Plata)

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